25 septiembre 2006

Una montaña rusa

Una montaña rusa es el amor, o mi amor por ti quien sabe, no voy a ser tan presuntuosa como para pretender conocer EL AMOR así con mayúsculas.

Despegamos un día (hace ya mil años) muertos de miedo y excitación, era todo tan desconocido y tan nuevo. Nuestras emociones subían y subían, nuestros estómagos revoloteaban y casi no podía ni respirar, era como la subida a una montaña rusa y en esa subida nos abrazábamos como si nos fuese la vida en ello, no había límites, no había cumbre…

En un momento todo se estabilizó, no sé como ocurrió pero las mariposas se escaparon de nuestros estómagos o quizá se acostumbraron a vivir en ellos. Nuestro cochecito avanzaba por una recta sin curvas y sin obstáculos, el camino se hacía conocido ya no había miedos pero también empezó a faltar la emoción.

Caímos, perdí pié, sentía que todo se perdía, volvía la emoción pero esta vez no era divertido. Nos invadió la angustia, miedo a la pérdida, a no sentir, a perder el amor…y un día cuando parecía que nos estrellaríamos irremediablemente, nuestro cochecito volvió a subir, lentamente, subía y subía…y volvimos a morirnos de amor.

Durante estos años hemos vivido bajadas y subidas, trayectos tranquilos y placenteros y trayectos aburridos, hasta han aparecido nuevas atracciones que podían parecer más divertidas que nuestra montaña rusa. Pero hemos luchado mucho, unas veces tú y otras yo y casi siempre juntos.

Estoy convencida de que nuestro trayecto es circular, entendiendo circular como infinito, no hay meta. Lo más interesante de todos estos años en los que hemos estado juntos ha sido viajar contigo. Hemos caminado juntos y en ocasiones, había tantos obstáculos en el camino que nuestras manos se separaban. Hemos conocido los trayectos sin interferencias, dulcemente monótonos. Hemos aprendido a saber con sólo mirarnos, a conocernos sin llegar a perdernos. Hemos conocido la desgana y la apatía, hemos conocido la tentación, la atracción por el peligroso juego de la seducción…pero no hemos sucumbido a ello. Te quería y me querías, en ocasiones pese a nosotros mismos. Hemos sabido reinventar nuestra montaña rusa y recorrer trayectos nuevos, hemos sabido volver a emocionarnos y zarandear a las mariposas para que revoleteen de nuevo.

Tenemos un pasado lleno de vivencias que recordar, vivimos intensamente este presente y hoy soñamos juntos, ilusionados, con nuestro futuro…TE AMO

2 Comments:

Blogger JeJo said...

- creo q sí, el amor bien puede compararse a una montaña rusa , es peligroso, divertido, te tienes que agarrar bién fuerte, y hasta muchas veces, luego de que se termina, tienes ganas de dar otra vueltita ...

Saludos ...

2:29 p. m.  
Blogger Carlitos Sublime said...

Joder, qué cosa más bonita. Me has hecho llorar. ¿Sabes? Yo atravieso ahora una situación... complicada. Pero mis mariposas siguen ahí, revoloteando. Tal vez no como el primer día, es inevitable, pero sí siento el roce de sus alas en las paredes de mi estómago. Entonces sonrío.

Y ojalá sigan, pese a todo. Es lo que más deseo en el mundo... Gracias por esta reflexión. Prometo echar el resto para que mi vagón remonte la cuesta y volvamos a lo más alto de esta montaña rusa.

Un besote

Carlitos

11:35 a. m.  

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