03 junio 2008

¡Lo consiguieron…seré esa funcionaria que no quería!

Corro el riesgo de parecer demasiado negativa en mis escritos, pero es que estoy indignada, frustrada…acabo de salir del despacho de mi nueva jefa (por fin hubo ‘fumata blanca’ y no pudo ir peor) y me falta el aire. Si no estuviera tan cabreada, lloraría para intentar descargar pero francamente estoy en ese peligroso punto en el que empieza a darme todo igual.

Adoro mi trabajo, creo en lo que hago y mil ideas corren (o por lo menos eso ocurría hasta hace un rato) por mi cabeza, en muchas ocasiones me cuesta hasta dormir pensando en algún trabajo que tengo entre manos, soy pasional (con todo lo bueno y todo lo mano que eso conlleva) en mi vida personal y también en la profesional, me gustan los retos, asumir responsabilidades…y todo eso no vale para nada en la administración.

Llevo un año y medio de funcionaria, trabajando en una biblioteca…genial ¿no?…pues no, atada de pies y manos, no se escucha ninguna idea, tengo que limitarme a vaciar una habitación con libros, da igual que quiera trabajar más, da igual que tenga iniciativa, da igual todo, y francamente no me pagan para esto, mi sueldo lleva implícito asumir responsabilidades, planificar, organizar, tomar decisiones y mira por dónde no me dejan, quieren que me limite a un trabajo mecánico, que me convierta en esa funcionaria en la que nunca creí y que nunca quise ser…y lo malo es que cada vez me enfado menos y cada vez está más cerca el día en el que me de igual y pase de luchar porque me oigan.

Lo único que hace que me levante por las mañanas es encontrarme con algunos compañeros, porque eso sí, me siento muy querida aquí, he encontrado a gente que merece mucho la pena, incluso a alguno a quien llamar amigo y no sólo compañero, así que no todo es malo supongo.

En fin, como decía Escarlata: ‘Mañana será otro día’ y espero que depare algo bonito.

Amaranta