Una
montaña rusa es el amor, o mi amor por ti quien sabe, no voy a ser tan presuntuosa como para pretender conocer EL AMOR así con mayúsculas.
Despegamos un día (hace ya mil años) muertos de miedo y excitación, era todo tan desconocido y tan nuevo. Nuestras emociones subían y subían, nuestros estómagos revoloteaban y casi no podía ni respirar, era como la subida a una montaña rusa y en esa subida nos abrazábamos como si nos fuese la vida en ello, no había límites, no había cumbre…
En un momento todo se estabilizó, no sé como ocurrió pero las mariposas se escaparon de nuestros estómagos o quizá se acostumbraron a vivir en ellos. Nuestro cochecito avanzaba por una recta sin curvas y sin obstáculos, el camino se hacía conocido ya no había miedos pero también empezó a faltar la emoción.
Caímos, perdí pié, sentía que todo se perdía, volvía la emoción pero esta vez no era divertido. Nos invadió la angustia, miedo a la pérdida, a no sentir, a perder el amor…y un día cuando parecía que nos estrellaríamos irremediablemente, nuestro cochecito volvió a subir, lentamente, subía y subía…y volvimos a morirnos de amor.
Durante estos años hemos vivido bajadas y subidas, trayectos tranquilos y placenteros y trayectos aburridos, hasta han aparecido nuevas atracciones que podían parecer más divertidas que nuestra
montaña rusa. Pero hemos luchado mucho, unas veces tú y otras yo y casi siempre juntos.
Estoy convencida de que nuestro trayecto es circular, entendiendo circular como infinito, no hay meta. Lo más interesante de todos estos años en los que hemos estado juntos ha sido
viajar contigo. Hemos caminado juntos y en ocasiones, había tantos obstáculos en el camino que nuestras manos se separaban. Hemos conocido los trayectos sin interferencias, dulcemente monótonos. Hemos aprendido a saber con sólo mirarnos, a conocernos sin llegar a perdernos. Hemos conocido la desgana y la apatía, hemos conocido la tentación, la atracción por el peligroso juego de la seducción…pero no hemos sucumbido a ello. Te quería y me querías, en ocasiones pese a nosotros mismos. Hemos sabido reinventar nuestra
montaña rusa y recorrer trayectos nuevos, hemos sabido volver a emocionarnos y zarandear a las mariposas para que revoleteen de nuevo.
Tenemos un pasado lleno de vivencias que recordar, vivimos intensamente este presente y hoy soñamos juntos, ilusionados, con nuestro futuro…
TE AMO